Bien, dos años sin publicar nada…
Tal vez el momento adecuado de la vuelta (no sé por cuanto tiempo), sea esta debacle sanitaria en la que nos vemos envueltos.
Tiempos convulsos, en los que las medidas no atacan al problema de fondo, dónde la eficiencia se quiere mejorar con soluciones algo infantiles y de poco impacto, pero muy mediáticas («es lo que hay que hacer»….) y en las que buena parte de la responsabilidad se traslada al ciudadano y a los profesionales.
No digo que todos los que formamos parte del tejido estructural de la sanidad española no tengamos que cambiar nuestra perspectiva, ni mucho menos, sólo digo que medidas erráticas como la implantación de las 37.5 horas tienen un alto impacto en los medios, pero muy bajo en la productividad real de un hospital (por ejemplo).
El problema es que no tenemos mucha costumbre de analizar resultados, salvo, claro está, el TOP20 o los indicadores clásicos que todos conocemos. La cuestión es ¿cómo vamos a saber si el hecho de que los trabajadores hagan más horas repercute directamente en la productividad de un sistema de alta complejidad como es un hospital? Tomando este elemento como ejemplo de algunas de las decisiones tomadas, podemos afirmar que el hecho de que una serie de trabajadores incremente su jornada, es eficiente siempre que ese aumento alimente al sistema, de lo contrario, es tener trabajadores con mayor tiempo de permanencia en el centro de trabajo y punto.
Y la alimentación del sistema sólo se produce si todos los procesos están preparados para ese aumento… dicho en otras palabras, el hecho de tener veinte auxiliares de clínica en un área de consultas externas un sábado por la mañana, sólo es eficiente si hay otros tantos médicos dispuestos a pasar visita… por ejemplo… de lo contrario, es caro e ineficiente.
Por supuesto, no tengo la solución, pero me preocupa que todas las medidas sean estéticas y que no se aborden los problemas de verdad: paciente cada vez más cronificado y hospitales más orientados al profesional que a tener un elevado nivel de productividad.
Y, antes de que sindicatos y colectivos varios de trabajadores se mesen los cabellos por que tengo la desfachatez de hablar de productividad, quiero recordar que este concepto en un medio hospitalario o asistencial, tiene que ver con los resultados en el paciente y con los costes de oportunidad… un quirófano bien gestionado y con capacidad operativa (nunca mejor dicho) desde las ocho de la mañana a las nueve de la tarde en horario normal, no extraordinario, supone un número de intervenciones mayor a un precio razonable y por tanto la posibilidad de beneficiar a un número mayor de pacientes que el hecho de tener un horario de ocho a tres y que el resto se realice mediante como una actividad extraordinaria a un precio extraordinario.
Creo que la situación exige un planteamiento de calado, que no se limite a medidas estéticas y que no desplace la responsabilidad a los ciudadanos (1€ por receta?, tal vez no sea descabellado en sí mismo, pero no soluciona ninguno de los problemas y empeora otros), la situación, en resumen, hace que ahora más que nunca, sea necesario que la toma de decisiones esté en manos de gestores profesionales, con experiencia y visión estratégica, algo de lo que no andamos sobrados.
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